Asuntos Pendientes

Todos tenemos algo en el tintero. ¿Te pasa? Me imagino que si.

Cada tanto se te viene a la cabeza, y tratas de olvidarte; o le das vueltas pero seguís sin saber cómo hacer para resolver esa situación.

Veamos un ejemplo imaginario: Tuve un jefe que me trató muy mal en el trabajo, y nunca pude decirle todo lo que me molestaba. Eso que no pude decir quedó cómo un asunto inconcluso, y ahora, cada tanto, aún lo recuerdo y me enojo cómo si me estuviera pasando en este momento.

En este caso lo que quedó inconcluso fue la expresión de ese enojo, la necesidad de poner un límite, y ese enojo vuelve a la vida cotidiana una y otra vez, buscando dar un cierre a lo que ya pasó.

Lo que está inconcluso te drena mucha energía, a veces sin que ni si quiera te des cuenta. Pero el hecho es que está ahí, y hasta que no te animes a hacer algo distinto, va a seguir haciendo fuerza para ganar tu atención, y vas a segur haciendo fuerza para volver a esconderlo bajo la alfombra.

Hay situaciones inconclusas que tienen que ver con lo cotidiano, y otras que permanecen en el tintero desde hace mucho, mucho tiempo.

La buena noticia es que es posible, siempre, encontrar la forma de cerrar los asuntos inconclusos (en Gestalt amamos los cierres, porque nos dejan la energía libre para lo nuevo), y aunque a veces el camino es duro, al final siempre es liberador.

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