Presencia, consciencia y responsabilidad

En Gestalt trabajamos desde una actitud de profunda confianza en el presente y en la situación tal cómo es.

De ahí derivan los tres pilares de esta terapia (presencia, consciencia, y responsabilidad), planteados por Claudio Naranjo, que en realidad no son más que tres aspectos distintos del mismo modo de ser (vivir en el presente), cómo si observaramos el mismo elemento desde tres lugares distintos: ser responsable (en el sentido de responder auténticamente a las situaciones que vivimos) se logra habitando el presente; para estar presente es necesario ser consciente; y ser consciente es fundamental para ser responsable.

En los próximos post, hablaré de cada uno de estos aspectos por separado.

«Aquel que tiene tiempo, y busca un tiempo mejor, pierde el tiempo.»

Presencia

La Gestalt trabaja sobre lo obvio, sobre lo que pasa en el aquí y ahora. Cuando trabajamos sobre recuerdos o fantasías, lo hacemos siempre observando cómo afectan las actitudes y la forma de ser en el momento actual.

Muchas veces pensamos que para cambiar algo que nos molesta, es necesario conocer su historia, entender sus porqué, llegar hasta el origen, y recién ahí podremos cambiar. Sin embargo, si somos conscientes de que lo único que realmente existe es el ahora, nos damos cuenta de que cualquier cambio que busquemos solo puede ser en el momento actual, con lo que existe ahora, tal y cómo es.

Habitualmente nuestra atención está fuera del presente, ya sea porque estamos preocupadxs por lo que vendrá, o porque nos quedamos enganchadxs con lo que ya pasó. Ambas son formas de ensoñación que evitan el presente, en el que existe lo único que es real y auténtico: la experiencia actual.

Evitar el presente sirve para huir de lo incómodo, pero junto con ello también nos alejamos de nuestros recursos, de nuestra capacidad de vivir en forma auténtica y creativa, y seguimos repitiendo viejos patrones y formas de actuar que ya no nos sirven. El costo por vivir sin ser conscientes del ahora es muy alto, y sin embargo aprendimos a hacerlo así, y lo repetimos momento a momento. Solamente habitando plenamente el presente podemos descubrir la verdad de nuestra propia existencia.

Pero, ¿por qué evitamos la experiencia actual? ¿de que nos sirve escapar del presente? Cada quién tiene sus propias respuestas a estas preguntas, y parte del trabajo personal consiste en descubrirlas. Lo que es común a todas las personas en nuestra sociedad es que aprendemos a lo largo de la vida a vivir de esta forma, en esta desconexión con lo que es, para lograr adaptarnos a los mandatos y exigencias de nuestro entorno. Por eso, los momentos en los que más nos cuesta habitar el momento actual, nos traen información clave acerca de nuestras dificultades en la vida.

Como decía Fritz Perls: «Para mí, nada existe excepto el ahora. Ahora= experiencia = toma de consciencia = realidad. El pasado ya no es, y el futuro aún no es. Solo existe el ahora»

Consciencia

El tercer pilar en el que se sotiene la terapia Gestalt, es la consciencia.

¿Que quiere decir esto?

Significa que entendemos la toma de consciencia de nuestra realidad cómo una parte fundamental del proceso de sanación.

Tomar consciencia implica asumir que, en mayor o menor medida, actuamos por inercia, en modo automático, cómo si estuviéramos dormidxs.

Al ser conscientes de esto se abre un nuevo mundo de experiencias, dónde podemos reconocer que somos más que el piloto automático que nos guía, y nos encontramos con partes nuestras que ni siquiera recordábamos que están aquí.

El nivel más básico consiste en tomar consciencia de los pensamientos, los sentimientos y el estado actual de mi cuerpo.

❇️ A medida que voy profundizando en mi autoconocimiento, puedo ir más allá e incluso comprender como estas percepciones se organizan en forma de patrones repetitivos.

Ver estos patrones repetitivos permite ir haciendo conscientes las motivaciones profundas, a veces reconocidas y a veces no, que están detrás de mis formas de actuar.

Puedo reconocer cómo estos patrones y estas motivaciones tienen que ver con mi historia, son una respuesta que en algún momento fue necesaria, pero ahora ya están obsoletos.

✨ En definitiva, la toma de consciencia se orienta a darme cuenta de la totalidad de mi existencia en este momento; empezando por aquello que podríamos llamar egoico, pero luego ampliándose hasta contactar con lo misterioso y lo maravilloso de esto que llamamos «existencia».

✨ Tomar consciencia ya es, de por sí, sanador. Muchas de las causas de nuestro sufrimiento parten de nuestra ignorancia y de las formas repetitivas de actuar, y simplemente empezar a ser conscientes de estos aspectos ya les quitan fuerza, reducen su impacto sobre nuestra vida.

«El terapeuta gestáltico aprecia tanto la naturaleza impulsiva de su paciente cómo sus mecanismos de defensa. En ambos ve energías que trabajan destructivamente en la oscuridad, pero que encontrarán una expresión constructiva en el estar consciente.» Claudio Naranjo.

Responsabilidad

Soy responsable cuando asumo mi propia libertad para actuar, elegir, y hacer, a cada momento.

La responsabilidad en Gestalt es entendida cómo la capacidad de responder, de dar una respuesta auténtica (es decir, coherente con lo que pienso, siento, y quiero) a las situaciones que me toca vivir.

Esto puede sonar bastante obvio, pero la verdad es que muchas veces no nos hacemos cargo de nuestras acciones, y nos refugiamos en explicaciones, justificaciones, o abstracciones que nos permiten manipular la experiencia evitando lo incómodo y lo desagradable.

Una forma habitual de evitar la responsabilidad es el «debeismo»: cuando vivímos actuando según ordenes y mandatos internos, actuando desde el «tengo que…» en lugar de asumir nuestra propia verdad. El debeísmo nos lleva a perdernos de lo que somos, ya que limitamos nuestra existencia a lo permitido por las normas que nos repetimos a nosotrxs mismxs.

Ser responsables está estrechamente ligado a aceptarnos tal cómo somos, ya que implica recuperar las conductas, los pensamientos, y los sentimientos que evitamos o rechazamos, para poder reconocerlas cómo parte de nuestra existencia. Cuando dejamos de pelear con estos aspectos y logramos aceptarlos, nos hacemos responsables de nuestro propio ser tal y cómo es, y podemos vivir en forma auténtica y honesta.

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